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La Espiral

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Cerca de dios

29 noviembre, 2016 by Soledad Domínguez Menéndez 8 comentarios

Fotografía de José Ibarrola

Fotografía de José Ibarrola

 

Las manos de mi abuela,

¿cuántos leños, sarmientos y hojarasca,

cuántas encinas habrán quemado?

Sus manos amaderadas

saben bordar flores, letras,

también remendar un abrigo.

Tanto han tejido, que el cabello

lana blanca se hizo.

Sentada en la banqueta del patio

yo corto y peino esa lana,

y toco al fin, lo divino.

Con sus manos de cáscara agrietada,

se anuda un mandil azul

y amasa el pan.

Dos tortas, once hogazas,

y en cada hogaza dibuja una cruz,

bendiciéndola.

Tanto ha rezado, que el cerebro del mundo

ha creado un cielo especial para ella,

cielo de brasero y huerta.

Mi abuela guarda botones en una caja.

¿Quién mira las estrellas?

¿Quién conoce las constelaciones del invierno?

Las constelaciones irán pasando sobre su tumba,

de cuerpo presente,

de cuerpo pasado.

Procesión cósmica de brillantes botones,

flotarán sobre ella, peinarán su lana,

el universo, nuestra caja.

 

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Soledad Domínguez Menéndez

Soledad Domínguez Menéndez

Licenciada en Prosoprografía y Máster en Oximoron por la Universidad de Camembert. Actualmente trabaja en su tesis: "la influencia de las rancheras y el peppermint en la comunicación". Paradoja favorita: quien miente siempre, es fuente de verdad.
Soledad Domínguez Menéndez

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Publicado en: Poesía Etiquetado como: abuela, familia, madera, memoria, pueblo, Sole Domínguez, soledad, vejez

Comentarios

  1. Ana EgeaAna Egea dice

    30 noviembre, 2016 a las 8:06 am

    Es precioso.

    Responder
    • Soledad DomínguezSoledad Domínguez dice

      2 diciembre, 2016 a las 1:05 pm

      Muchas gracias Ana.

      Responder
  2. esaotraesaotra dice

    30 noviembre, 2016 a las 1:57 pm

    He visto las manos de mi abuela mientras lo leía, he visto cajas de botones, he visto estrellas. Precioso texto, gracias por este momento de añoranza y paz.

    Responder
    • Soledad DomínguezSoledad Domínguez dice

      2 diciembre, 2016 a las 1:07 pm

      Esaotra, muchas gracias. Algún día nosotras tendremos esas manos.

      Responder
  3. JimenaJimena dice

    30 noviembre, 2016 a las 9:48 pm

    Me gusta cómo hablas de la materia, única fuente de divinidad. Y dormiré tranquila pensando que el universo es una cajita, nosotros y nuestras ambiciones dentro.

    Responder
    • Soledad DomínguezSoledad Domínguez dice

      2 diciembre, 2016 a las 1:08 pm

      Muchas gracias Jimena. Ganas de verte pronto.

      Responder
  4. inigo larroqueinigo larroque dice

    1 diciembre, 2016 a las 3:23 pm

    Me ha parecido una danza conmovedora entre lo grande y lo pequeño. Sucede que echo de menos a mi abuela. Tal vez eche de menos a una abuela como la tuya. Esa fuerza que tiene Adela. Esas leyes suyas, por las que se rige. Ese cielo distinto al que apunta.

    Responder
    • Soledad DomínguezSoledad Domínguez dice

      2 diciembre, 2016 a las 1:08 pm

      Nuestra abuela… si, podemos compartirla.

      Responder

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