En el Cuello de la Cruz, aldea de Cáceres ya desaparecida, el tiempo se deslizaba como un caracol perezoso cuando los hombres y los ganados marchaban a trashumar. Quedaban las mujeres deshojando almanaques de pared, agradeciendo las visitas que al pueblo hacían ora barqueros ora meleros ora lañadores. Así le llegaba el turno al sustanciero. Algunas hembras, mas … [Leer más...]