Llovía. Era lunes. Y yo tenía que volver a pulsar el botón número 14 de aquel ascensor. Quién sabe cuántos otros autómatas que se ganaban la vida dentro de ese edificio, habían puesto ya sus dedos sobre esa circunferencia de plástico grisáceo. Por lo menos, el día siguiente era festivo y la mayoría de la gente estaba de puente. La jornada se presentaba … [Leer más...]