Mortimer B experimenta la muerte tonta y necesaria eventualmente. Los domingos, para ser exactos. Hay algo trágico en el día después, todo un protocolo de excepción para la caída del alma desde la azotea de su mente al frío cemento de la materia, que contempla una boca seca y el descanso eterno en la colina de Sión. De la cama al baño y del baño a la nada. Mortimer B sabe que … [Leer más...]