Hace unas semanas me quedé seca como un abrojo. Viví entre estudios de Galton, silogismos categóricos, apotemas y aspectos de la fisiología neuronal que deseo ni me nombren. Hice el ejercicio justo; levantarme a coger unas galletas, colocarme bien el flequillo, ensimismarme en tal y tal arruga... Después tomé puré, zumos, bonito en lata. Viví una … [Leer más...]