Las manos de mi abuela, ¿cuántos leños, sarmientos y hojarasca, cuántas encinas habrán quemado? Sus manos amaderadas saben bordar flores, letras, también remendar un abrigo. Tanto han tejido, que el cabello lana blanca se hizo. Sentada en la banqueta del patio yo corto y peino esa lana, y toco al fin, lo divino. Con sus manos de … [Leer más...]