Tu cama

Tu cama,

ese diván donde exorcizar los miedos

el trampolín para lanzarse al vacío

libertad deshaciéndose de los no puedo

plataforma ignífuga para sentirse protegido

lugar secreto con aroma a tabaco y vainilla

excusa para dejarse llevar

misión: ser uno mismo sin trampas

Rincón lujurioso de sábanas húmedas

remanso de paz

escenario de guerra

Soporte de sombras chinescas

amor a la luz de las velas

oráculo de las pasiones

traductor de lo inteligible

pretexto para perder la ropa

llanada donde buscar tu boca

testigo protegido desde el comienzo

voyeur inconsciente de lo ajeno

escaparate del puro deseo

y de cuerpos convulsos

sima donde reverbera mi voz

eco amplificador de mis te quiero

Serendipia

 

Me gustaba acariciar tu boca mientras dormías,

leer el lenguaje en braille de la rugosidad de tus labios,

la sublimación del origami, en cada uno de los pliegues de tu piel.

Medir el tiempo según la cadencia de tu respiración.

Adoraba intentar despertarte,

incluso cuando dormías sin sueño.

Recorría las falanges de tus dedos,

buscando accionar tus párpados

y que así me miraras.

Me divertía el reto que planteaban tus rizos,

buscar tu calor,

para suplir el frío inherente a mis pies…

Son sólo unos de los motivos por los que me faltas,

por los que te extraño a deshoras,

por los que espero que vuelvas.

Las dos fotografías, de Cursi Agencia