El viento azota sin piedad las hojas de sus árboles y alborota el agua que le rodea, pero ninguna voz se alzará para presentar queja, ya que no hay habitante alguno que resida en la isla. Ese trozo de tierra, cuyo título de propiedad sigue a día de hoy en debate, entre dos países vecinos, ha visto tiempos mejores. Ha celebrado fiestas y alguna boda, sin embargo, ahora se … [Leer más...]