Introducción: Noé no era ningún santo.
Lo que Dios le dijo a Noé, que era naviero, fue: “Confío en ti. Ahora eres mi director de RRHH y es mi voluntad que traslades a todo Cristo a terrenos altos.”
-Tus órdenes son deseos para mí, Jefe.-dijo Noé.
Y ¿qué hizo Noé mientras Dios, tan despistado, hacía muñecos de barro? Quemar casi todas sus naves, disparar pelotas de goma, flechas emponzoñadas y zarzas ardientes a quienes por sus medios intentaban huir de la inundación. El santito de Noé, ¡quiá!.
Subastó plazas en su mierda de Arca y se hizo de oro suscitando envidias y rencores entre los pobres.
Hizo casting de parejas. Yo quedé fuera, por impar y por simpar, pero quería salvar el pellejo y me colé de polizón.
Es verdad que llevó algunos animales. Pero nadie cuenta las atrocidades que hizo con muchos de ellos. Y el caos que había en aquel Arca babilónica. No hay Libertad de Prensa ni en la Palabra de Dios.
Noé no era ningún santo
Puedes creerme
Yo estuve allí
Y no pude salvar a ninguno
Le vi arrojar a mis animales al agua
Por no tener pedigrí
Le vi tirarlos, como quien tira un trapo
Y no pude salvar a ninguno
Arrancó sus rosados pulmones y se los dio a las hienas
Aún latían sus corazones en la mirada perpleja,
sobrehumana, que no olvidaré porque yo
no pude salvar a ninguno.
Bramaba la vaca por su ternero ahogado.
Las ratas mordían caballos en las patas
La serpiente asfixió a los corderos
Noé no era ningún santo
Lloraba heces de la impura risa
qué espanto que las hienas también
también, también… rieran a coro porque
no pude salvar a ninguno y
con eso tengo que vivir.
Noé no era ningún santo
Me descubrió llorando a oscuras, tapados mis oídos
“No eres fea”.-me dijo, y me besó y me dejé.
Solo por salvar el pellejo.
Pero no pude salvar a ningún otro. Solo a mí.
Noé no me arrojó al agua, pero quiso deglutirme como un Saturno rabioso.
Noé no era ningún santo.
Sus barbas eran lombrices y su boca un avispero lúbrico.
Y no me dejó salvar a ninguno.
Ahora que piso tierra firme puedo
decirlo bien alto:
Noé, no era ningún santo
¡Ningún santo ¡
Noe, no era.
Olga Menendez
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- POLIZÓN EN EL ARCA DE NOÉ - 20 February, 2018
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