Todo empezó como cualquier otra historia de amor, con una mentira piadosa y un colchón. "Esto es temporal", susurró. Él se llamaba Adán, ella, seguramente, Eva. Pronto encontraron el paraíso terrenal entre las cuatro paredes de un piso vacío en Moratalaz. No tenían apellidos ilustres ni nómina fija, pero nunca les faltaban cigarros. El ático tenía poco que ofrecer; la … [Read more...]