El parque había cambiado. Ya no era aquel solar de cemento, interrumpido por un kiosco de barandilla roñosa. Ahora era un parque limpio y claro. Había unas suaves colinas de hierba, había niños y sobre un suelo acolchado de color granate, giraban unos columpios elásticos, irrompibles, con forma de insecto inofensivo. … [Leer más...]