Asistir al ensayo de una obra de teatro siempre te provoca la sensación de ser un intruso. Parece que miraras a la musa del teatro desvestirse en su camerino. La observas entre telones entornados, casi no alcanzas a verla, como quien mira a través de una cerradura, y ella se desnuda lentamente. Primero se quita los ropajes formalistas, las torpezas lingüísticas – te ve y no … [Leer más...]