

Hoy quiero hablar de la utopía. Por supuesto, no me refiero a la utopía vulgar y ridícula de un mundo perfecto, no. Evidentemente que no quiero explicarte exactamente cómo de blancas son las túnicas que visten los habitantes de la isla perfecta de Moro. Quiero contarte otra utopía.
E. me ha preguntado por un objeto mundano que prediga el futuro. E., que te echa las cartas del tarot en una terraza un martes cualquiera, sabe que no existe tal objeto: todo lo que cuenta el futuro cesa automáticamente de ser mundano, se convierte en místico, en oscuro, en secreto. Alrededor de ello solo puede darse una incrédula risa o un respetuoso silencio.
Así pues, me he propuesto pensar en un objeto no mundano que hable del futuro. No se me ha ocurrido nada mejor que el café. No hay nada más pretencioso que consumir una amarga bebida a las ocho de la mañana de un lunes con el objetivo, nada más y nada menos, que de asegurarse de estar en plena brillantez y actividad en el período de las dos a cuatro horas siguientes. ¿Disculpa? ¿Por qué motivo crees que el mundo te va a necesitar lúcido durante cuatro horas? ¿Qué vas a estar haciendo en cuatro horas que requiera tu máximo potencial?
Así pues, he decidido que cada vez que me tome un café, voy a pensar el motivo para ello. Voy a darle un sorbo y voy a pensar en qué carencia voy a suplir con ese trago, en qué mejor futuro voy a convertir estos miligramos de cafeína en sangre, en qué utopía voy a convertir el planeta expuesto a mi más brillante actividad potenciada por esta bebida.
(Pero Marina, ¡hay que pensar en el presente! La vida es demasiado bonita para vivir en el futuro ¡carpe diem! ¡tempus fugit!).
Mira, para contarme una TEDTalk con latinajos no me interrumpas. He decidido, decía, que la utopía futura la va a gobernar el café, que el segundo al mando va a ser el café y que la democracia se va a regir por, lo has adivinado, el café. He decidido que nunca más voy a “vivir el presente” ni nada que se le parezca, voy a vivir permanentemente en el potencial generador de utopías del café, y la cafeína va a ser el elemento con mayor proyección a futuro, cotiza al alza.
He decidido que el presente me la viene sudando.

Marina Delgado

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